De La Sirenita a Moana: alfabetización oceánica en películas para niños.

Como oceanóloga, aprendí que todos estamos vinculados al océano sin importar dónde vivamos; que el océano no es solamente hablar de pececitos y de no tirar basura; también implica cultura, historia, economía, etc.

Ahora que vivo en un país donde no existen carreras que estudien el océano como un todo y se enfocan principalmente en la pesca, ha sido mayor mi interés por lograr que la gente comprenda los factores y circunstancias que ocasionan mayor cantidad de basura en unas zonas que en otras: es importante considerar las corrientes marinas, la presencia de desembocaduras de ríos contaminados, el aumento de un turismo no acoplado con el cuidado del medio ambiente, etc.

Se han creado normas y leyes en diferentes países que regulan el uso de plásticos, que disminuyen la contaminación e intrusión biológica con proyectos como GloFouling, que buscan evitar el ingreso de especies depredadoras provenientes de otros lugares del mundo por parte de  buques mercantes, o que permiten una adecuada planificación marina. Sin embargo, estas leyes, normas o talleres de sensibilización no son del interés de todo el público, debido esencialmente a que la población no conoce la importancia del océano en sus vidas.

La alfabetización oceánica pretende que todo el mundo, sin importar cuál carrera estudie, la edad que tenga o dónde viva, comprenda la importancia de cuidar y proteger el océano bajo los siguientes principios:

  1. La Tierra tiene un solo y gran océano que presenta muchas particularidades.
  2. El océano y la vida dentro de él dan forma y estructura a la Tierra.
  3. El océano ejerce una influencia importante en el clima.
  4. El océano hace la Tierra habitable.
  5. El océano soporta una gran diversidad de vida y ecosistemas.
  6. El océano y los humanos están íntimamente conectados.
  7. El océano aún permanece inexplorado.

 A partir del 2020 aumentó la difusión de alfabetización oceánica mediante documentos, videos, cursos y talleres que explican cada principio y las formas de dar a conocerlos. Lo primero en la alfabetización es saber cuánto sabe la población sobre el océano, con especial énfasis en los jóvenes, quienes consideran que el océano son recursos vivos (pesca) pero olvidan otras actividades relacionadas (Vidal et al, 2019). En lo personal, cuando pregunto algo sobre el océano es común que las personas inmediatamente piensen en películas como Buscando a Nemo.

Por lo anterior, comencé a revisar la evolución de las películas, el impacto que pueden tener y la forma en que se puede hacer alfabetización oceánica a través de películas para niños. Mi sorpresa fue grande cuando analicé cada película de dibujos animados o animación relacionada con el océano y lo que puedes haber aprendido de ella.

Aquellos que tenemos más de 30 años crecimos viendo la Sirenita. Recordemos que mientras más profundo nada Ariel, más oscuro se vuelve el océano, comienzan a aparecer peces con menos colores por la falta de luz y la playa está llena de enrocados. No importa si conocemos el océano o no. Esta película nos introdujo a conocimientos básicos sobre el océano. Los enrocados se deben a que la historia ocurre en Dinamarca y, por primera vez, conocemos lo que es la contaminación marina cuando nos enteramos que Ariel posee una cueva entera de “cachivaches”, que no son otra cosa que peines, tenedores, redes de pesca y otros restos de basura que la gente ha tirado al mar. Así que, en 1989, cuando la contaminación marina no era un tema de la UNESCO, ya teníamos conocimiento de ella gracias a esta película (Principio 6).

Otras películas que en definitiva nos enseñaron las bases de la oceanografía biológica y física son Buscando a Nemo y Buscando a Dory, que nos mostraron la interacción y variedad de especies de aves, peces, y flora al viajar de Estados Unidos hasta Australia. Nos muestran la importancia de las corrientes y de la migración de algunas especies. Considero que la película tuvo un buen equipo de asesores expertos en el océano debido a que la mayoría de los organismos que se muestran sí están relacionados con el medio marino (sedimentos, profundidad, alimento, etc.) en el que se muestra cada etapa de la historia (Principios 1, 5 y 7).

Pero no todo son peces. Las películas también nos muestran diferentes culturas, leyendas y trajes típicos de otras zonas costeras, como ocurre con Ponyo, donde observamos la capacidad de las personas para sobreponerse a una tormenta (Principio 3). La era del hielo nos muestra los cambios en el clima que se presentan por la relación entre el océano y la atmósfera, así como la implicación del clima en la fauna (Principios 2 y 4).

Finalmente llegamos a la forma en que el océano está estrechamente conectado con las actividades, la cultura, la vestimenta y la historia de cada ciudad al ver películas como: Lilo y Stich, Simbad y Moana (Principio 6). Si analizamos Simbad, podemos ver temas como la navegación, los impuestos y la economía en cada puerto. Lilo y Stich nos muestra el surf como una actividad cultural más que económica para los hawaianos. Moana, además de hablarnos sobre cuidar el océano y la costa, nos platica de las leyendas en cada cultura y la pérdida de muchos conocimientos ancestrales debido a que las historias han sido transmitidas de forma oral a los más jóvenes.

Como podemos observar, si volvemos a ver las películas desde otras perspectivas que el solo hecho de pasar un buen rato, nos daremos cuenta de todo aquello que podemos aprender del océano. Recomiendo los manuales de la UNESCO relacionados con la alfabetización oceánica.

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Acerca de nuestra divulgadora invitada: Yessica Debo, Licenciada en Oceanología y Maestra en Ciencias por la UABC. Investigadora del Instituto Especializado de Investigación de Ecosistemas y Recursos Naturales (INERN) de la Universidad Federico Villarreal.

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Esta entrada es el resultado del taller Escribir para divulgar, donde los participantes han empezado a desarrollar habilidades de escritura, para compartir eso que saben o que les gusta acerca de la ciencia y la tecnología.

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