Brecha de género en la ciencia

Recuerdo que, cuando era niña, al pensar en alguien que estudiaba ciencia siempre me imaginaba a personas notables como Albert Einstein, Isaac Newton o Charles Darwin. Más allá de ser algunos de los científicos más famosos, en el fondo se escondía un régimen de género histórico que permeaba la participación de las mujeres en la ciencia.

La historia nos revela que las oportunidades de las mujeres siempre han dependido de la estructura social. Durante el siglo XVIII, en España y México existieron colegios católicos dedicados a la educación femenina, pero su enseñanza consideraba una supuesta inferioridad respecto a los hombres, por ello se incluían enseñanzas como “estrategias matrimoniales” y “hábitos de sociabilidad”. Es hasta finales del siglo XIX cuando en México se permitió el acceso a las mujeres a la educación superior. Esto quiere decir que, prácticamente, la aproximación de las mujeres a instituciones científicas es muy reciente. Sin embargo, aunque cada vez es más notoria la participación de las mujeres en la ciencia, las condiciones, oportunidades y limitantes a las que se enfrentan son diferentes a las de los hombres.

Para comprender de dónde proviene esta desigualdad, es necesario profundizar en el régimen de género que existe en la familia y en las instituciones científicas. En la primera, se imponen mayores responsabilidades familiares y domésticas a las mujeres, además se prioriza el matrimonio y la maternidad respecto a la vida profesional, esto último incluso se vuelve una presión social. En la segunda, el régimen de género ocurre de distintas formas: falta de estímulo por parte de docentes y compañeros, acoso, segregación y discriminación, además de la dificultad para conciliar la profesión y la vida familiar, en específico, la maternidad. Si  bien el sistema actual no imposibilita a las estudiantes-investigadoras ser madres, definitivamente lo dificulta al no existir medidas específicas que favorezcan el que las mujeres no tengan que elegir entre ser madres o ser científicas. Al respecto, existe un concepto llamado “doble presencia”, que surgió en la década de los años 70, el cual evidencia que la presencia de las mujeres en el ámbito laboral siempre está acompañada de una presencia en el ámbito doméstico-familiar. Esta doble carga de trabajo afecta de manera directa la salud de las mujeres, presentando síntomas como estrés, depresión, ansiedad y problemas osteomusculares. Además, esto genera en las mujeres un ritmo de trabajo inadecuado, donde se reducen sus descansos y, por ende, se afecta su calidad de vida.

La brecha de género en las carreras STEM – ¿Dónde están las Mujeres en la Ciencia? – YouTube

Otra área de la investigación donde las mujeres han sido dejadas de lado durante mucho tiempo son los ensayos médicos de tratamientos y medicamentos que son recetados por igual a hombres y mujeres, pero que solo fueron evaluados en el género masculino. A pesar de que en la actualidad existen cada vez más investigaciones con perspectiva de género, estas comenzaron recién en la época de los años 70. Las principales barreras de las mujeres en la investigación clínica se deben a sus variaciones fisiológicas y a la posibilidad de un embarazo. Aunque se permitía que mujeres menopáusicas (período en el que cesa la liberación de óvulos y ocurre la última menstruación), participaran en los estudios de Fase 3 (eficacia y seguridad en estudios aleatorizados con controles), las dosis y usos de los fármacos evaluados se establecían para mujeres en su etapa reproductiva, por lo que los efectos secundarios que pudiera haber en ellas se conocían cuando el fármaco ya estaba aprobado y podía recetarse. La exclusión de las mujeres en los ensayos clínicos sin duda afecta su derecho a la salud, por lo que es importante que la investigación considere las diferencias anatómicas y fisiológicas de ambos sexos, desde los estudios pre clínicos hasta los clínicos, con el fin de mejorar el conocimiento específico sobre la salud de las mujeres.

Aunque es innegable que cada vez es mayor el número de mujeres que estudian ciencia o trabajan en instituciones científicas, aún no hay una representación paritaria en el campo de la ciencia o en la toma de decisiones de esta. Es importante visibilizar la participación de las mujeres en la ciencia, porque observar a mujeres en puestos que históricamente eran considerados “masculinos” ayuda a crear nuevos modelos aspiracionales para niñas de futuras generaciones.

Referencias

  • Blazquez-Graf y Chapa-Romero (2018). Género y salud. Inclusión del análisis de género en la ciencia. (pp. 15-30). CDMX, México: UNAM.
  • Chapa Romero, A. C. (2018). Género y salud. En Blazquez Graf, N. y Chapa Romero, A. C. (Coord.) Inclusión del análisis de género en la ciencia, pp. 15-30. CDMX, México: UNAM.
  • DeRenzo, E. G. (1998). Power differentials, context, relationship, and emotions: feminist ethics considerations and human subjects research. J Womens Health, 7(8):971-977.
  • Guevara Ruiseñor, E. S. y García López, A. E. (2010). Orden de género y trayectoria escolar en mujeres estudiantes de ciencias exactas y naturales. Investigación y ciencia, 46(1): 10-17.
  • Heidari, S., Babor, T. F., De Castro, P., Tort, S., y Curno, M. (2016). Sex and Gender Equity in Research: rationale for the SAGER guidelines and recommended use. Research integrity and peer review, 1:1-9.
  • Ramos, E. (2008). Doble Presencia: Salud y Prevención. Clave Sindical, 5: 16-18.

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Acerca de la autora.

Dulce Janet Trujillo García es bióloga por la Facultad de Ciencias, UNAM. Con especial interés en la investigación, ha sido becaria del Programa de Becas de Inicio a la Investigación (PROBEI) en el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM), donde evalúo la actividad tipo antidepresiva del 17β-aminoestrógeno prolame y de sus mecanismos de acción mediante modelos animales. Su interés por las ciencias de la complejidad, la llevó a participar como becaria en la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de la Información y la Comunicación (DGTIC), donde colaboró en la creación de un sitio web de matemáticas interactivas, con la intención de apoyar en el proceso de enseñanza-aprendizaje durante los primeros años de la licenciatura. Actualmente, es divulgadora científica en ciernes y colabora con los grupos de divulgación: Quantum CuaT’s, Mexicanas frente al Cambio Climático, Blog Mexicanas al grito de ciencia y Nextia Lab. También es aspirante aceptada para el programa de Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS). 

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Esta entrada es el resultado del taller Escribir para divulgar, donde los participantes han empezado a desarrollar habilidades de escritura, para compartir eso que saben o que les gusta acerca de la ciencia y la tecnología.

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