Colorín colorado: arte y ciencia de la mano

¿Te has percatado que el tiempo pasa y tu playera fosfo fosfo no cambia de color? Esto es por el tipo de materiales y colorantes sintéticos que se utilizan durante su elaboración. Pero las prendas de ropa no siempre fueron así, hace algunos años las fibras y colorantes naturales gobernaban en el mundo de la moda.

Como admiradora y aprendiz de las artes textiles un día decidí que quería teñir mis hilos y lanas. Me inscribí a un curso, agarré una cacerola, una cuchara y fui tintorera por dos semanas, o tal vez menos; pero descubrí que el teñido natural involucra fórmulas, medidas, seguir un método y llevar una bitácora, así como alguna vez lo hice en el laboratorio durante la licenciatura. También me di cuenta de que sigo siendo mala para llevar bitácoras, como en aquel tiempo, pero aunque en el teñido natural mis resultados nunca reproducibles siempre fueron igualmente hermosos. A pesar de que no triunfé como tintorera, el mundo de los colorantes naturales me sigue pareciendo fascinante, y hoy realizaremos un viaje alrededor de la ciencia, el arte y la historia detrás de ellos. 

Primero conozcamos cuáles son las moléculas que hacen que una planta presente propiedades tintóreas. Las primeras que llegan a nuestra lista son las antocianinas. Estas se encuentran en plantas, frutas y vegetales donde desempeñan diferentes funciones, como atraer polinizadores o protegerlas de la radiación solar, pero además funcionan como colorantes, dando lugar a tonos rojizos y violetas. Otros grupos son los flavonoides y los carotenoides que van a dar los tonos amarillos y naranjas, las quinonas que dan morados, rojos y naranjas y por último los indigoides que se utilizan para obtener el preciado azul. Entonces, la presencia o ausencia, así como la concentración de estas moléculas es la que determinará si puedes o no usar una planta o su fruto para teñir.

El proceso de teñido requiere de un colorante, pero también de un mordiente.  Estos son agentes que favorecen la unión del color a la fibra. Algunos ejemplos son el alumbre, el tequesquite y carbonato de sodio, que pueden usarse solos o en combinación con otros, como el cremor tártaro y el sulfato ferroso para mejorar la fijación o la intensidad del color.  

México, como dirían los biólogos, es un país megadiverso y posee diferentes plantas e insectos con propiedades tintóreas. Entre ellas podemos encontrar el palo de Brasil, el pericón, el cempasúchil, el muitle, el nogal entre muchos otros, pero a continuación hablaremos de tres de los colorantes más valorados a lo largo de la historia. 

El tinto

El tinto o palo de Campeche como se le conoce coloquialmente, es un árbol que crece en la zona de la península de Yucatán en lugares llamados tintales y es un gran ejemplo de la convergencia entre el arte y la ciencia. En la época prehispánica, y durante la colonia, era común el comercio e intercambio de este árbol, pues de él se puede extraer tinta para dar color a la piel y vestimenta. El palo de Campeche, que lleva por nombre científico Haematoxylum campechanium contiene una sustancia llamada hematoxilina, que al entrar en contacto con el aire se oxida y forma hemateína, este compuesto es el que actúa como colorante. Teñir lana o algodón no es la única aplicación de la hematoxilina, esta sustancia se utiliza para teñir el DNA (el material genético de las células) de un color azul violeta. En histología, ciencia que estudia los tejidos (no, no me refiero a tejidos con lana sino a tejidos de un órgano como el hígado), se usa la tinción con hematoxilina y eosina, esta técnica da información sobre la estructura y características de las células y es de gran utilidad en el diagnóstico de enfermedades como el cáncer. 

Los hombres empujan las aguas

Uno de los colorantes naturales más preciados es el añil o índigo, su origen se asocia a la India, sin embargo, también es una herencia histórico-cultural de Mesoamérica, Guatemala y el Salvador. Se obtiene de plantas leguminosas de nombres difíciles de pronunciar como la Indigofera tinctoria, Isatis tinctoria L, Polygonum tinctorium, Indigofera suffruticosa y la característica de todas estas plantas es que producen indican el precursor del índigo.

En Mesoamérica la Indigofera suffruticosa era la principal fuente de colorante azul y hasta la fecha se le conoce como jiquilite. A pesar de lo valioso que resultó ser el añil, la demanda y uso de ese colorante natural disminuyó cuando Adolf von Baeyer realizó la síntesis química del índigo y desde entonces, la industria textil usa casi por completo la forma sintética de este colorante. En México, en la comunidad de Niltepec en el estado de Oaxaca aún se produce añil, en un proceso que involucra un gran trabajo que va desde el cultivo del jiquilite, la cosecha, el almacenamiento de las plantas en grandes pilas donde se lleva a cabo la fermentación, el batido para producir una pasta que finalmente se pondrá a secar para obtener el añil en piedra. Esta tradición está en riesgo de desaparecer si no retomamos el valor del “oro azul”.

Nocheztli o sangre de tuna

No solo las plantas pueden ser fuente de colorantes naturales, la grana cochinilla o Dactylopius coccus es un insecto parásito del nopal. Secreta una sustancia blanca algodonosa que lo recubre y protege de sus enemigos naturales, probablemente en alguna ocasión has visto esas manchas blancas en las pencas de algunos nopales. La grana cochinilla fue muy utilizada en la época prehispánica para pintar códices y fibras y adquirió gran popularidad durante la colonia para teñir indumentarias de personalidades importantes. Este insecto en su interior contiene ácido carmínico, un colorante que da lugar a un rojo intenso y pertenece al grupo de las quinonas; una característica interesante es que cambia de color con el pH, es decir que al modificar la acidez de una solución de ácido carmínico vamos a poder obtener colores distintos, por ejemplo al agregar un ácido como el ácido cítrico el color se vuelve naranja y al agregar una base se vuelve morado. Ahora la próxima vez que pases cerca de un nopal asegúrate de revisar si hay cochinillas viviendo sobre él. 

La capacidad de cambiar de color dependiendo de la acidez de la solución es una característica que también podemos encontrar en el extracto de col morada. Este vegetal contiene antocianinas (de las que hablamos anteriormente) y su extracto presenta una coloración morada que cambiará a roja si se expone a un medio ácido y pasará por azul, verde y amarillo al volverse más alcalino. Quizá en algún laboratorio de la secundaria pudiste experimentar con la col morada y hacer tu propio indicador de pH, pero si no fue así siempre está la opción de experimentar en casa y evaluar si el jugo que tienes en el refrigerador es ácido. Por otra parte, la cúrcuma, una raíz que se utiliza para preparar en platillo llamado curri, contiene una sustancia con propiedades tintóreas llamada curcumina. Una solución de curcumina también cambia de color con los cambios de pH, variando de amarillo a rojo.

¿No te parece maravilloso? Que una raíz te sirve igual para cocinar, teñir tu playera de algodón o para hacer tu propio indicador de acidez. El mundo de los colorantes naturales es muy extenso, si te han quedado ganas de aprender un poco más puedes acercarte al trabajo de expertas en el tema como la maestra Leticia Arrollo Ortíz, que en 2008 publicó su libro “TINTES NATURALES MEXICANOS: su aplicación en algodón, henequén y lana” o artistas textiles como Anabel Torres de Antesis. Si quieres convertirte en tintorero por un día puedes revisar el manual de tinturas forestales de la CONAFOR y a través de la exploración de los colorantes naturales podrás juntar la ciencia y el arte en casa. 

 Referencias

 Contreras A. Biodiversidad Perdida: El caso de los colorantes. Biodiversidad y Desarrollo Humano en Yucatán. onsultado: Junio 17 2021 Disponible en: https://www.cicy.mx/sitios/biodiversidad-y-desarrollo-humano-en-yucatan/#Cap7

 Garzón G (2008) Las antocianinas como colorantes naturales y compuestos bioactivos: Revisión. Acta biol. Colomb 13(3): 27-36. 

 Heredia S. (2006) Experiencias sorprendentes de química con indicadores de pH caseros

Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias 3(1): 89-103.

 Marodoqueo J. (2005) Guía técnica: Cultivo del Jiquilite en el Salvador. Consultado: Junio 17 2021. Disponible en: http://repositorio.iica.int/handle/11324/7510

 NIH Instituto Nacional del Cancer. Tinción con Hematoxilina y eosina. Consultado: Junio 16 2021. Dipsonible en: https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/tincion-con-hematoxilina-y-eosina

 Roquero A. (1995) Colores y colorantes de América. Anales del Museo de América 3: 145-160

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 Acerca de nuestra divulgadora invitada: Karla Estephanía Zarco González, es bióloga molecular por la UAM, su mayor interés es trabajar en la conservación del ambiente. Combina la investigación con la divulgación de la ciencia pues considera que todos debemos disfrutar de los beneficios que esta puede darnos.