Actividad #6 «Detonaciones microtextuales»

Actividades de creación literaria para jóvenes y adultos.

Imparte: Deniss Guerra

Gracias hasta ahora por seguir participando en las actividades, nos da mucho gusto y motiva para enviar más retos que les ayuden a dar rienda suelta a la pluma, la creación y mantener la cabeza fresca en estos tiempos de contingencia.

En los textos de la lotería qué sorpresa la forma en que integraron los versos con que gritan las cartas para presentar a sus personajes, geniales textos, muchas gracias. En esta actividad retomaremos un ejercicio que hacemos en el taller presencial, y son las historias a partir de «story cubes». La selección musical para esta actividad es tan variada como las imágenes de cada cubo, y son las recomendaciones que nos hicieron en una actividad pasada.

Actividad #6

Instrucciones

Deberás escribir una minificción utilizando todas las imágenes que aparecen en la foto de la tirada de dados, puedes utilizarlas de forma muy concreta, como «una carita feliz» o bien, más abstracto como «felicidad». La regla de esta actividad es utilizar todos los elementos y para darle más emoción al asunto, deberás desarrollar tu narración en la situación actual de contingencia que vivimos, en cualquier país, o tipo de encierro, únicamente no ignorar la situación actual.

No debes olvidar:

  • No más de 120 palabras
  • Título
  • Firma con nombre o seudónimo
  • Utilizar todos los elementos de la tirada de dados, los cuales te escribimos por si no se alcanzaran a ver (unos lentes oscuros, una carita feliz, un teléfono, una luna, un faro y una medusa).
  • Situación actual: pandemia y contingencia sanitaria.
  • Subir texto a la sección de comentarios
  • Fecha límite, miércoles 15 de abril del 2020, 23:59 hrs.

Recomendaciones musicales de los participantes

22 Replies to “Actividad #6 «Detonaciones microtextuales»”

  1. [In]contingencia disfrazada.
    ¡JA! Hace como 10 años que no agarraba un teléfono con cable, pero mírame, llamándote como si fuera 1993, ¿cómo te ha ido? Yo aquí la paso de maravilla, el otro día hice un faro con cosas de la casa para ovnis, desde que empezó esto de estar encerrados he estado viendo la luna y ahora creo firmemente que hay seres que ahí viven, no sé cómo, no puedo probarlo, pero lo sé, y por eso hice un faro desde mi ventana que apunta hacia la luna cuando se puede ver. ¡Es tan potente que debo usar lentes de sol dentro de casa! jajaja, por cierto, ya no uso el celular, y me acordé de esas veces que escribía «jajaja» y en realidad no me reía, pero por aquí ¡sí puedes oir mi risa! Te juro que no estoy al borde de una crisis nerviosa, te llamo porque de verdad quería escucharte, y la risa espontánea no es mala señal jajajaja, ¡lo juro! jajaja. Pero bueno, no me lo creerías, el otro día estaba en la sala y ¡vi una medusa flotando por ahí! ¿Puedes creerlo? ¡una medusa en mi sala! Justo en ese momento desperté, ya sabes que me da eso de soñar medio despierta cuando estoy cansada, ese día pude ver a los lunenses, por eso se me ocurrió lo del faro. Pero bueno, ya veré si puedo contactarlos, por ahora aún tengo muchísimas latas de atún y dos garrafones de agua, así que podré sobrevivir un poco más, prometo que la crisis nerviosa no me ganará jajajaja, ¿o sí? jajajaja, claro que no jajaja…. bueno… talvez jajajajajajja

  2. Existo
    Hace 27 días que los veo pasar . El pequeño siempre tiene sobre la frente unos lentes oscuros porque entra y sale del jardín . El mayor anda con el teléfono en la mano y le sonríe constantemente . Se va la luz plateada de la noche y llega el faro del día y no se van. No pueden estar en el mundo , pero yo ya existo en el suyo. Siempre pasaron junto a mi sin notarme. Hasta hoy que el chiquito de los lentes acercó su nariz al cristal y gritó ‘tenemos una medusa!!!’

    1. Sam, qué bello cuentito, qué forma de rescatar las cosas cotidianas que nos encanta olvidar.Mucgas gracias por seguir participando.

  3. ¿Por qué no vamos al parque?
    Van dos semanas que no vamos al parque ¿Se habrá enojado conmigo? No creo, me sigue dando cariño y no me a regañado. Tal vez está triste por Laura, lo vi llorar en el teléfono hace tres días y ella no ha venido. Debe ser eso, siempre que se pelean usa esos lentes oscuros que ocultan su carita feliz. Ojalá se contenten, extraño el parque, en es especial ese faro que vemos todas las noches, ese que me sigue por donde camino y que Diego dice que es la Luna de Laura. Esta noche me siento cansado, no pude morder mi medusa de juguete ¿Qué pasa? Me siento cansado, muy cansado, todo se oscurece… No llores Diego.
    Arthur Dent

  4. Paciente 58
    Desperté de una pesadilla donde me transformaba en medusa, por la mordedura de un infectado. Vi a través del oscuro vidrio, la catástrofe fuera de casa. Escuché algo, encendí el faro del patio para checar si alguien estaba ahí, pues la luz de la luna no era suficiente, era sólo un murciélago buscando comida. Me hacía feliz estar en un lugar seguro, con un teléfono funcional para comunicarme con mi vecino de a lado, para no enloquecer.
    – Doctor, el paciente 58 ha recibido la dosis y está listo para la intervención.
    – ¡Perfecto! Preparen el quirófano. Si este paciente sobrevive, al fin tendremos el tratamiento de la mutación debido a este virus desconocido.

    1. Diana, muchas gracias, cuántas posibilidades de escenarios nos da la situación, algunas un poco aterradoras como ser parte de un experimento y no saberlo, gracias por tu cuento.

  5. «El último día»
    Pertenezco a la especie de una generación que ha vivido un tercio de su vida en una torre a 33 metros sobre el nivel del mar. El ministerio nos permite salir cada 33 días durante una hora, pero ese momento se vuelve tan caótico, pesadillezco y alucinatorio que muchos han preferido no salir. La mayoría de nosotros necesita dotarse de unos lentes oscuros y ropa adecuada para protegerse del sol y es que… ¡Se ha vuelto tan brillante! Durante los otros 32 días no se nos permite mirar a través del cristal. Escribimos para no olvidar. En raras noches el viento arranca las cortinas y podemos vislumbrar cada 12 segundos el espectáculo fluorescente tentacular, así como el brillo del innombrable satélite natural. Una noche después de la prohibida mirada al océano el teléfono sonó, la voz del otro lado murmuró «Los navegantes llegaron, hoy es el último día» y la sonrisa en mi rostro se desdibujó.

    1. !Wow¡ me gustó mucho, a pesar de ser textos cortos, este se me hizo muy completo y sentí, en verdad, una historia bien contada. Me imagine muy padre tu historia.

      1. Ajelet, muchísimas gracias, y qué fuerte y a la vez hermoso «escribimos para no olvidar». Lo he leído varías veces para ver si descifro algo en las cifras que pones, ja ja ja.

  6. Titulo: Los lentes oscuros
    Autor: Gael Velázquez Gómez
    Estaba harto de estar encerrado y sabía que no podía escapar por el covid-19. Pero mi tío me había regalado de cumpleaños unos lentes oscuros y me podían teletransportar a donde quisiera. Cuando recordé aquellos lentes mi tristeza se transformo en una carita feliz. Si, podía marcharme y sabia que cuando la luna apareciera podía hacerlo. Llego la noche y me prepare. Me quede pensando donde me gustaría estar y recordé un faro y me imagine que iluminaba el mar con medusas. Ya sabía dónde ir. No me lleve mi teléfono, nada más los lentes. Me los coloqué y pensé en el mar. De inmediato me teletransporté en lo alto del faro donde me sentí libre y feliz.

    1. Gael, muchas gracias, qué complicada situación nos tocó, me parece que no hay faro en la actualidad al que podamos escapar. Gracias

  7. En busca de la realidad
    Recuerdo muy bien ese día cuando al fin llegue al desierto, la luz de la luna brillaba como un faro y me marcaba el camino, había decidido aprovechar aquella pandemia del dos mil veinte alejándome de la civilización y emprender ese viaje místico tal cual Carlos Castaneda, buscando respuestas, liberarme de mis miedos y ataduras, quitarme esos lentes oscuros que cegaban mi mente y no me permitían tener contacto los estados de realidad no ordinaria.
    Tire mi teléfono al suelo como un símbolo de compromiso en mi jornada, se dibujó una sonrisa en mi cara y me adentre, dejándome llevar cual medusa en el inmenso mar en búsqueda de mescalito.
    Lo que no sabía, es que nunca iba a volver…

    1. Dante, muchas gracias, en efecto es un momento para salir de nosotros y volver, demasiado tiempo con nuestra persona. Muchísimas gracias.

  8. Una rosa noche abril
    No entendía que sucedía en el mundo, no podía ver los mapas que los hombres veían llenos de puntos rojos en cada país incrementando por segundo. La angustia creció cuando los faros poéticos de los amantes nocturnos desaparecieron, nadie la clamaba salvo los gatos viudos. Ya había oído del astro solar la queja de la falta de gafas solares en las calles, no lo creyó. En pocos días la marea era tan clara que podía ver destellos como rayos en un cielo acuoso, y los cuerpos gelatinosos de sus nubes marinas favoritas. Una rosa noche de abril, alcanzó la voz de una mujer por el auricular, era grave, le llamaba virus, fue lo último que supo de la humanidad.

  9. Encierro en soledad
    Los dias en encierro son largos, vivo como un hombre encerrado entre las paredes que simulan ser una cueva. Utilizo el telefono para hacer llamadas a mis seres queridos pero ni por la situación contesta. Las pocas veces que salgo mis ojos, al ya no estar acostumbradas a la los rayos del sol, se irritan. Por ello uso unas gafas.
    La luna, como un faro que anuncia a los naufragos la luz, me llena de esperanza, mi unica compañia.
    A ella le cuento mis cosas y revivo cual si una medusa me hubiera electrocutado para seguir la vida.

  10. Agujeros de gusano
    El faro debía mantenerse encendido. Era la consigna. Era el deber. La última llamada había sido hace ya 3 semanas, entre ruidos de estática se escucharon solo unas palabras «….contagi–….faro siempre…encendido…ino…muert-…». Todo era confuso, después vino el hombre de lentes oscuros, dejó el maletín con la instrucción de no abrirlo hasta agosto 22, a las 3:00 de la tarde, ¿porqué alguien sería tan específico para eso? El hombre no dijo nada más, solo se retiró. Tres noches después, se podían ver miles de medusas bioluminicentes en toda la costa, iluminaban el oleaje de una forma maravillosa. A la mañana siguiente la escena era brutalmente distinta, las medusas habían muerto en la playa. Hoy habrá luna llena, y la marea subirá lo suficiente para arrastrar a las medusas de vuelta al mar. Yo debo permanecer en el faro, debe permanecer encendido. Pero no recuerdo haber llegado a este lugar.

  11. Escape entre las sombras

    Y el hombre huyó, salió sin gel antibacterial ni cubrebocas con lentes oscuros y una sonrisa de oreja a oreja burlándose de los virus y bacterias que maldecía saltando por la ventana de su habitación, ni la Luna fue capaz de detenerlo; sabía que moriría… pero muchos años más tarde luego de haber viajado lo suficiente en el lago de medidas en Palaos… Así que tiró el teléfono a la caneca dejando a un lado su vida pasada y se ocultó de la pandemia entre las sombras de un faro marchito jurándose a si mismo no lavarse las manos ni una vez más y poder contarlo al regresar.

Comments are closed.