Todos debemos hablar de… Prevención del abuso sexual infantil.

Alessa Pech Matamoros

Cuando vemos la hermosa sonrisa de nuestros hijo, sus manitas y su gran inocencia, no podemos ni imaginar que alguien sea capaz de dañarlos de algún modo, y mucho menos sexualmente. Sin embargo, el abuso sexual infantil es más común de lo que creemos.

En este texto quiero hablarte de ello, con el objetivo de hacer consciencia sobre el riesgo en el que pueden estar nuestros hijos, y cómo podemos protegerlos. Puesto que, como bien refiere la UNICEF: }

“[…] es responsabilidad de todas y todos contribuir a visibilizar todas las manifestaciones de la violencia que, desafortunadamente, enfrentan niñas, niños y adolescentes en el país, para así encontrar las mejores formas de ponerle fin” (2019: 9).

UNICEF

¿Qué es el abuso sexual infantil?

Se considera abuso sexual infantil a cualquier conducta sexual que otra persona (generalmente de mayor edad) ejerce contra un menor. Las conductas sexuales pueden ser de dos tipos:

Sin contacto físico:

  • Que el menor presencie actos sexuales.
  • Pedirle al menor que se desnude o que lo vea desnudo.
  • Mostrarle pornografía en revistas o televisión.

Con contacto físico:

  • Tocar o besar cualquier parte íntima del menor.
  • Penetración -oral, vaginal o anal-.

El abuso sexual generalmente es ejercido por una persona mayor que el menor, sin embargo, no es el factor determinante. Echeburúa y Corral señalan:

Más que la diferencia de edad -factor, sin duda, fundamental que distorsiona toda posibilidad de relación libremente consentida-, lo que define el abuso es la asimetría entre los implicados en la relación y la presencia de coacción -explícita o implícita- (2006: 76).

El abuso sexual está marcado por esta asimetría, en la que el agresor ejerce poder sobre el menor a través de la coacción. Es decir, el agresor usa la violencia física o psicológica para obligar al menor a tener cualquier conducta sexual, lo que además también le permite tener oculto el abuso por el temor y miedo en el que sume al infante.

El contexto del abuso sexual infantil.

El problema se vuelve más grave cuando nos preguntamos: ¿en dónde ocurre el abuso sexual? y ¿quiénes son los agresores? La respuesta es poco alentadora, porque generalmente pensamos que ocurre en espacios ajenos al menor y por personas desconocidas. Sin embargo, la realidad es muy cruda. El abuso sexual ocurre en el entorno más próximo al menor, como la escuela, grupos deportivos, iglesia, vecindario e incluso en el hogar. Y los agresores son personas cercanas al infante, que hasta podrían gozar de la confianza de la familia. Lo que dificulta aún más poder conocer y atender el problema.

Echeburúa y Corral denuncian que: “[…] No es fácil determinar la incidencia real de este problema en la población porque ocurre habitualmente en un entorno privado -la familia- y los menores pueden sentirse impotentes para revelar el abuso” (2006: 76).

El abuso sexual infantil es un problema real que acecha a nuestros hijos. No se tiene cifras exactas porque aún permanece oculto.

En México, los casos de violencia contra niñas, niños y adolescentes son difícilmente denunciados, ya sea por temor al agresor, a la exposición pública, a la estigmatización, por desconfianza en las autoridades, por desconocimiento de los derechos o bien por la ausencia de mecanismos disponibles y accesibles para reportar y pedir ayuda. […] la misma falta de datos crea la percepción de que la violencia en contra de NNA [niñas, niños y adolescentes] es un tema de menor magnitud, por lo que en realidad se encuentra subestimado (UNICEF, 2019: 8).

Así que, hacer visible que el abuso sexual infantil es un problema real, y que la prevención es el punto clave para poder proteger a nuestros niños es esencial.

¿Cómo prevenir el abuso sexual infantil?

1 La educación sexual

Este es el primer gran paso para prevenir el abuso. Es de suma importancia que platiquemos con nuestros hijos sobre su cuerpo, desde temprana edad deben de conocer el nombre real de todas sus partes, incluidos los genitales: pene y vagina.

A la par del conocimiento sobre su cuerpo, los menores deben de saber cuáles son los besos y caricias que están permitidas, y cuáles son las partes del cuerpo, tanto suyas, como de otros, que están reservadas. Este semáforo puede ser de utilidad para explicar esto:

Es muy frecuente que insistamos a nuestros hijos para que saluden de beso o abracen a algún familiar o amigo. Sin embargo, tenemos que tomar conciencia de que los infantes no deben sentirse obligados a tener demostraciones de afecto. Esto no quiere decir que se van a volver groseros, podemos enseñarles que hay otras formas de saludar, como decir: hola, buenos días, o, si el menor quiere, dar la mano; pero es sustancial que nuestros hijos sepan desde pequeños que su NO es válido.

Quizá te parece difícil hablar de estos temas con tus hijos, porque probablemente tus padres tampoco lo hicieron, sin embargo, saber que esto puede ser crucial para prevenir el abuso sexual infantil debe ser un gran motivo para esforzarnos a hacerlo; puedes apoyarte en algunos recursos como libros, videos, e incluso inventar tu propio cuento y presentarlo con títeres.

2 Generar lazos de confianza

Entre padres e hijos, generar estos lazos, es fundamental para prevenir el abuso sexual. Además, parte de la educación es poder crear lazos de verdadera confianza con nuestros hijos, ellos deben de saber que ante cualquier amenaza nosotros confiaremos en ellos y los protegeremos. Que somos la primera persona a la que debe recurrir.

Al hablar sobre educación sexual y generar confianza en nuestros hijos podemos romper con uno de los recursos usados por los agresores: “el secreto”. Si en casa no se hablan de sexualidad, el agresor presenta el tema al menor de una manera engañosa para lograr sus objetivos, y una vez logrados vuelve a usar el recurso del secreto para permanecer bajo el encubrimiento. 

Echeburúa y Corral comentan: El abuso sexual en la infancia es un fenómeno invisible porque se supone que la infancia es feliz, que la familia es protectora y que el sexo no existe en esa fase de la vida (2006: 76).

Así que aceptemos que el tema es real, que nuestros hijos pueden estar expuestos y que la mejor manera de protegerlos es la educación y confianza.

3 El adecuado cuidado del menor

Este es primordial para prevenir el abuso sexual. Sabemos que en la actualidad es muy común que ambos padres trabajen fuera de casa; sin embargo, hay medidas que debemos considerar, tanto si dejamos a nuestros hijos al cuidado de alguien más, como si somos nosotros quienes nos quedamos con ellos en casa.

En la circunstancia que sea, los menores siempre deben estar bajo el cuidado de una persona de nuestra absoluta confianza, no importa si son solo horas o toda la jornada que pasamos en el trabajo; también debe estar a cargo de una misma persona y no de varias o distintas personas en diferentes momentos. Y, los adolescentes (sean hermanos, primos, vecinos, etc.) no deben ser responsables del cuidado de los menores.

Además, es muy importante que los niños estén bajo supervisión cuando juegan o comparten espacios con otras personas; insisto, no importa quienes sea, debemos saber qué hacen. Así también, debemos supervisarlos cuando tienen acceso a la tecnología, conocer que juegos o aplicaciones utilizan y estar pendiente de ellos.

Nuestros menores son vulnerables porque dependen de otras personas para su cuidado; además, los agresores pueden acecharlos cuando no hay supervisión y cuidado efectivo del menor. Por lo que debemos permanecer alerta, y si: desconfiar, solo así podemos evitar que sufran cualquier tipo de agresión sexual.

No hablar del abuso sexual infantil no hará que este problema desaparezca; en cambio, estar informados nos permite tomar medidas responsables y poder evitar este problema. “La violencia contra los niños jamás es justificable; toda violencia contra los niños se puede prevenir” (UNICEF).

Referencias:

Echeburúa, Enrique y Paz de Corral (2006). Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia. En Cuadernos de Medicina Forense, vol. 12 (43-44), enero-abril 2006, pp. 75-82. Recuperado aquí.

UNICEF (2019). Panorama estadístico de violencia contra niñas, niñas y adolescentes en México. Recuperado aquí.

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Alessa Pech Matamoros, mamá feliz, interesada en el sano desarrollo de bebés y niños; muy activa en enseñar valores y equidad a todos quienes viven la experiencia de ser sus alumnos. Docente apasionada, divulgadora de la ciencia.

Docente de la Licenciatura en Ciencias Políticas del Complejo Regional Sur de la BUAP.

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