Actividad #44 «Detonaciones microtextuales»

Actividades de escritura creativa para jóvenes y adultos.

Imparte: Deniss Guerra

Gracias por seguir escribiendo en las actividades, su participación nos emociona mucho. Los textos que escriben no solo son una sorpresa sino que nos rompen universos, felicidades y gracias nuevamente.

Nos ponemos melancólicos o hasta «vintage» dirían por allí, y por otro lado ya estamos agarrando atmósfera tenebrosa.

Actividad #43

Instrucciones

Deberán escribir una minificción como leyenda del por qué desapareció alguno de los objetos que ahora reconocemos como obsoletos. Las imágenes que les proponemos sólo apuntan a una clase de objetos, los eléctricos y de tecnología digital, pero si recuerdan o saben de algún otro que haya quedado en el olvido, adelante.

Como regla debes utilizar y completar el título: «La inquietante desaparición de…«

No olvides:

  • Título utilizando y completando «La inquietante desaparición de…«.
  • No más de 120 palabras.
  • Límite lunes 19 de octubre 23:59 hrs.
  • Subir el texto a comentarios.
  • Escribir sobre la razón de la desaparición de algún objeto obsoleto.
  • Escribir el texto como leyenda.
  • Firmar con nombre o seudónimo.

Recomendación musical

Minificción recomendada

Para aumentar la cifra de accidentes

Un hombre va a subir al tren en marcha. Pasan los escaloncillos del primer coche y el viajero no tiene bastante resolución para arrojarse y saltar. Su capa revuela movida por el viento. Afirma el sombrero en la cabeza. Va a pasar otro coche. De nuevo falta la osadía. Triunfan el instinto de conservación, el temor, la prudencia, el coro venerable de las virtudes antiheroicas. El tren pasa y el inepto se queda. El tren está pasando siempre delante de nosotros. El anhelar agita nuestras almas, y ¡ay de aquel a quien retiene del miedo de la muerte! Pero si nos alienta un impulso divino y la pequeña razón naufraga, sobreviene en nuestra existencia un instante decisivo. Y de él saldremos a la muerte o a una nueva vida, ¡pésela al Destino, nuestro ceñudo príncipe!

Julio Torri

14 Replies to “Actividad #44 «Detonaciones microtextuales»”

  1. La inquietante desaparición de la cinta de 8 tracks
    Tuve un vecino con una gran colección de cintas de 8 tracks. Nunca la vi, sólo escuchaba atentamente cuando hablaba sobre su practico tamaño y su perfecto número de pistas. Su afición se tornó en manía y cada vez lo vimos menos y menos, hasta que un día lo encontró muerto su abogado, con los audífonos en la cabeza y una profunda mirada perdida. La autopsia reveló que tenía el cerebro frito como consecuencia de los campos electromagnéticos que producían las cintas, corrientes de Foucault según. Los medios asociaron su muerte más a que escuchaba metal, que al fenómeno en sí. Poco después las cintas caerían en el olvido.

    Milton P

    1. Milton P., muchas gracias por tu texto, una historia de verdad legendaria, me encanta el guiño que diste al metal, creo que con ese detalle te situas en una época muy particular y es lo interesante de los relatos cortos, que puedes utilizar una referencia lo suficientemente fuerte para no decir tanto y decirlo todo. Además me parace muy interesante que fueran los medios, nuevamente tocas un tema de más conocido entre las grandes industrias y los medios. Es buenísimo que tu personaje nunca llegaré a ver la colección y con ello mantienes el misterio en tu texto. Muchísimas gracias.

  2. La inquietante desaparición de la máquina de escribir.
    Don Paco, extrabajador de la extinta fábrica de máquinas de escribir Facit, cuenta que en el año 1999 circuló un documento entre los dueños anunciando el cierre de la compañía. No lo leyó, pero escuchó que la causa fue que un niño de 11 años quien al tratar de hacer su tarea accidentalmente tecleó la siguiente secuencia: d, e, s, 4, 1, 3 e inmediatamente el resto de las teclas se oprimieron atiborrando el papel. Cuando pudo despegar las teclas el niño vio la palabra mortem escrita lo cual provocó que circulara el rumor de que las máquinas estaban embrujadas. Se reportaron más casos en distintos lugares del mundo, mas no llegaron difundirse ya que los dueños aprovecharon el auge de las computadoras para ocultarlos y desaparecer.

    1. Lord Erhaben, muchas gracias por tu texto, manejaste el tono de misterio e incertidumbre de una leyenda. Tocas además un tema interesante cuando hablas del auge de las computadoras, un poco la fuerte llegada de la era digital y hasta de la obsolecencia programada justificada con un caso de embrujamiento. Me causa curiosidad si la secuencia tiene algo de particular, si encondes algo allí, traté de jugar en el teclado, pero me declaro vencida, o ¿sólo es una secuencia al azar? Muchas gracias

      1. demonio, espíritu, satán, 4 mala suerte en Japón, 13 mala suerte en occidente. Gracias por el comentario.

  3. La inquitante desaparición de los celulares con teclado.

    Aquellos celulares, con pantalla como cabeza y cuerpo de botones, vivian placidamente, sin embargo un día empezaron a desaparecer.
    ¡No te duermas, si quieres vivir! Muchos decian puesto cuando se apagaban no se les volvía a ver.
    Todos trataban de mantenerse despiertos pero siempre una ilusión de unos tentaculos los agarraba para sumirlos en sueño.
    Se extinguieron. Los «tentaculos» absorvieron su esencia y fueron
    reconstruidos en pantallas que les cubria todo el cuerpo, desecharon los botones pues les parecián inservibles.

    1. Uriel, muchas gracias, aquí hasta animaste a los celulares, Haces un relato muy interesante sobre la evolución de los celulares, que a mí gusto, ha sido una de las más veloces que hemos podido observar como usuarios, en tanto que cada más son un objeto de uso diario. También tocas la obsolecencia programada, haces ver que al apagarse no solo desaparecían sino que eran desechables. Me imagino que los tentáculos son los dedos de los usuarios, ¿cierto? Muchas gracias

  4. La inquietante desaparición de la sección amarilla.
    Hace unos años se hizo popular un asesino serial, nadie sabía cómo operaba, el asesino les dejaba un pequeño pedazo de papel con las iniciales “S.A.”. Para los investigadores no tenía sentido, puesto que esa era la única relación entre todas sus víctimas. Murieron alrededor de 137 personas, hasta que un día descubrieron la supuesta casa del asesino. Pusieron la casa boca abajo y sólo encontraron una Sección Amarilla con números telefónicos encerrados en un círculo rojo. El asesino nunca fue hallado. Desde entonces jamás se hicieron nuevas ediciones de aquella guía telefónica.
    Si algún día buscas más información sobre el asesino, no dudes en llamarme. Mi número es: 7322466-26274552.
    -Saruela Amarilla.

    1. Sariachi, qué impresión, hace no mucho recordaba justo la sección amarilla, ahora todos somos datos valiosos para las plataformas y empresas, y antes teníamos una biblia para encontrar a quien fuera, además recuerdo que pasaba un señor con un diablito a entregarlas. Me parece que desenlace es un poco aterrador por lo cercano a la realidad que pueda estar, aunque haces un juego final, nos dejas con incertibumbre y al parecer una revelación impactante. En efecto, no hay ediciones de las páginas amarillas. Toda una leyenda urbana. Muchas gracias

    2. Estuvo increíble, me gustó bastante tu minificción, primero leí el título y me dio risa, luego continué y me dio miedo.

  5. La inquietante desaparición de la suerte

    Hace algún tiempo, los niños llenaban con la luz de su alegría pequeñas esferas de cristal. Amaban jugar con ellas y tenían un secreto, elegían una y esta se convertía en la guardiana de su suerte. La llevaban consigo a todo lugar y en todo momento. Lamentablemente yo crecí y no supe donde dejé mi canica de la suerte. Supongo que por eso tengo tan mala estrella. Lo peor es que, ya no las veo. Los niños ya no tienen canicas de la suerte, prefieren ocultarse de los peligros de la realidad en el nuevo mundo virtual. Los que no pueden, dedican su tiempo a encontrar algo para comer. Los niños perdieron su suerte y con ellos el mundo también.

    Arthur Dent

    1. Arthur, pero qué nostalgia, no es la primera vez que nos sacas suspiros con tus cuentos, qué padre que además utilizaste un objeto distinto a los digitales. Reconstruiste el objeto, y me recuerda a varios otros, como los tazos, teníamos nuestro tazo de la suerte. También creo que con ese detalle de las canicas, nos situas en una época en particular, de forma que sin decirlo lo sabemos. Manejas un poco de misterio al no nombrar las canícas al inicio en el título sino a la suerte, creas expectativa pues está muy complejo eso de la desaparición dela suerte. Muchas gracias

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