Actividad #34 «Detonaciones microtextuales»

Actividades de escritura creativa para jóvenes y adultos.

Imparte: Deniss Guerra.

Muchas gracias por sus confirmaciones vía correo, el libro resultado de estas actividades, «Realidades de bolsillo» ya está listo. En cuanto estén los detalles del sitio de publicación se los haremos llegar.

Continuamos con otros ejercicios, dejamos por el momento a las criaturas mitológicas y mágicas y nos aclimataremos en un ambiente más oscuro.

Actividad #34

Instrucciones

Deberás escribir una minificción de terror, lo más escalofriante que tus palabras puedan ser, pero la regla importante es que debes elegir alguno de los siguientes objetos o temas:

  • Una historia de terror sobre un@ niñ@, que soplaran sus velas del pastel de cumpleaños.
  • Los fantasmas están estereotipados por usar sábanas blancas, y si mejor usarán calcetines rojos. Escribe sobre fantasmas de calcetines rojos.
  • Abrazos gratis aquí, abrazos gratis allá, y si los abrazos ¿fueran la prueba de ser un ente oscuro?

Las historias de terror tienen siempre los mismos sitios, el baño, la casa en la noche, un rincón en el jardín, vamos a experimentar con las opciones anteriores.

Te dejamos unas imágenes del artista Stefan Koidl, para inspirar lo más oscuro de tu imaginación.

No olvides:

  • Título.
  • No más de 120 palabras.
  • Escoger alguno de los temas u objetos mencionados.
  • Límite miércoles 5 de agosto 2020, 23:59 hrs.
  • Subir tu texto a comentarios.
  • Firmar con nombre o seudónimo.

Recomendaciones musicales

Minificción recomendada

Papiroflexia

Uno, dos, tres dobleces. El hombre se equivoca y masculla palabras ininteligibles. Fastidiado desdobla la hoja de papel y comienza de nuevo.

Uno, dos, tres dobleces. Vuelve a fallar. Refunfuña, pero ya tiene encima las miradas de todos los que vamos en el vagón; no puede dar marcha atrás o quedaría en ridículo. Da una honda inhalación, trata de relajarse moviendo la cabeza en círculos, hace lo propio con los hombros; desdobla la hoja de papel y otra vez: uno, dos, tres dobleces… No falla pues, ensimismado, continúa doblando la hoja de papel.

De posteriores dobleces surge una cola, después unas alas, en otros más aparece la cabeza y de esta asoman unos colmillos.

El hombre sonríe. Continúa doblando la hoja de papel hasta que aparece un dragoncito. Orgulloso, el hombre mira su obra y entonces nos deshacemos en aplausos y vivas. El hombre nos mira, se pone de pie y hace una honda reverencia.

El metro entra en un túnel y se hace la oscuridad.

—Quémalos a todos —ordena el hombre al dragoncito de papel.

Jorge Meneses

14 Replies to “Actividad #34 «Detonaciones microtextuales»”

  1. El amor al fuego.

    El fuego es muy bello, pero frágil. Un soplido y el calor de las llamitas sobre mi pastel es aniquilado. Cada año le ruego a mi madre que no me haga fiesta, que no quiero pastel, pero no importa cuánto le suplique, no me escucha. Cada año aumenta el número de víctimas que serán privadas de su brillo. Estoy maldito. Lo supe desde mi primer cumpleaños, cuando al soplar, inexplicablemente mi abuela cayó fría. No la tuve que ver, mi cuerpo lo sintió, inmediatamente mis ojos se cubrieron de llanto y lo supe. No hay escapatoria, cada año, con cada velita que apago, veo cada una de las vidas que voy arrebatando con mi soplido, mi soplido de muerte.

    Arthur Dent

    1. Arthur, vientos y muchas gracias, fíjate que dejaste algo sin decir que le da un aire aún más terrorífico a tu cuento, cuánto años está cumpliendo esa persona, estaría interesante pensar que es todo un viejo, la cantidad de personas que han muerto, aunque me queda claro que por lo que elaboras del personaje, habla de su mamá, le hace fiestas, me imagino no es muy grande lo cual también le da su toque, un chamaco con la maldición de matar con un soplido. Muy bien incorporado el tema propuesto. Gracias

  2. Rememorando.

    Habia cumplido 11 años. En el patio del hogar en compañía de mi familía hubo una gran fiesta. Por último mi madre me obsequió unos calcetines rojos y un abrazo, yo entonces los disguste.
    Hoy, triste y en soledad de mi departamento sople las velas del pastel. A la acción veo acercarse y apretarme con sus brazos.
    -¿Fue acaso una ilusión debido al recordar ese momento? Pregunto.
    Después oigo caer una caja del estante donde guardo objetos preciados, veo el regalo de aquel día.

    1. Uriel, muchas gracias por tu texto. Hace poco me preguntabas si veía mejora, y de verdad que sí, es más clara tu narración, te comes menos letras, hay más signos de puntuación, felicidades, eso ayuda mucho a que tus grandes ideas que vas anudando aquí se vea favorecidas. La historia es muy buena, utilizaste los elementos propuestos de hecho dos, y lo hiciste de forma muy natural. Muchas gracias.

  3. Normalizando su presencia

    Ojalá los fantasmas que deambulan en casa usaran sábanas blancas como aquellos de los que hablan los cuentos. Estos no hacen ruido, no hay oleaje en las telas, no hay cadenas deslizándose, ni siquiera susurran. Aparecen de repente por el ovillo de la puerta, a veces veo la sombra cuando enciendo la luz, pero siempre veo el hilo rojo de sus calcetines quedarse atrás cuando avanzan. Veo el tono atravesar las habitaciones y si las puertas están cerradas, por las paredes lo primero que aparece es la punta de un calcetín rojo, entonces, sé que vienen.

  4. Día de suerte

    En mis 11 años de vida nunca he recibido una caricia, un beso o un abrazo, los niños a mi alrededor huyen despavoridos, creen que soy un monstruo, mis padres me abandonaron cuando nací; fui criado por un filántropo alexitímico que se encarga de proveer los recursos necesarios para mi existencia,y nada más. Yo no los culpo, nací con una rara enfermedad genética que produjo en mi deformaciones craneofaciales; me gustaría saber qué se siente tocar a otro humano. Camino por las calles mojadas de la ciudad bajo una lluvia tenue, estoy seguro que es mi día de suerte, me acerco al callejón, hay un letrero que dice «Abrazos gratis», estoy tan emocionado, es tan oscuro que nadie podrá ver mi rostro, me asomo a través de la negra ventana, unos brazos me rodean, hoy es mi día de suerte…

    -Ajelet-

    1. Ajelet, un gusto siempre leerte. Muchas gracias por tu texto es genial. Creaste a todo un personaje, los niños son escalofriantes en las historia des terror. Detallas cosas importantes como su aspecto, la persona que cuida de él, la enfermedad, el lugar que describes, etc, y logras armas toda una atmósfera en muy poco espacio. Muchas gracias.

  5. Creo que empiezo a creer en los abrazos

    Ya pasaron años y el recuerdo de mamá Cleotilde sigue transpirando por mi cuerpo, como olvidar esos días con aroma a café y galletillas de mantequilla que nos acompañaban, ella no se cansaba de estrujarme contra su cuerpo cada que tenía oportunidad. – ¡Vengase para acá mi negrito chulo! – Me decía cada que arremetía con sus brazos mi cuerpo.

    De pronto en las noches percibo un enervante buqué engalanado con notas de cafetal mezcladas con mantequilla recién horneada, pero eso no es lo que me intriga, lo que realmente me hace suspirar, son los abrazos que me cobijan, cada vez son más frecuentes, anoche al acostarme, recibí uno muy grande emparejado con un susurro que remataba con un amoroso …negrito chulo!

    Adrián

    1. Adrián, muchas gracias. Qué buen texto, escalofriante y cierras con un gran final, semi abierto, nos das chance de terminarlo a nuestro gusto pero con una detonación de que algo viene. Logras imágenes muy lindas con los olores que describes y le das cierta identidad a tu personaje. Muchas gracias

  6. Lizbeth era una niña alegre, una pequeña despreocupada que encantaba de saltar en los charcos, subir a los árboles y jugar a las escondidas. En su cumpleaños el 3 de septiembre, recorría cada árbol alto, puente, azotea o cueva de su pequeño pueblito. Cada 3 de septiembre que los niños tenían prohibido salir a la calle. Entre los ancianos del pueblo decían que si una niña de agujetas rojas, los 3 de septiembre te invitaba a jugar; caminaras de prisa en dirección contraria y te encerraras en el lugar más cercano. No se que tanto sea de cierto, pero los 3 de septiembre, siempre encontraban el cadáver de un niño cerca de un árbol, azotea o puente con los ojos cerrados.

    1. Víctor, gracias por seguir participando y no lo vas a creer jajaja, justo lo estoy comentando el 3 de septiembre, hasta miré mi reloj del susto. Me gustó que cambiaras los calcetines rojos por agujetas rojas, fue interesante, lo adecuaste natural. Por allí hay un par de palabras que se te colaron y tropiezan la lectura del texto, por ejemplo en la frase «cada 3 de septiembre que los niños tenían prohibido salir a la calle.» Terminas después de haber iniciado con un cada, y me daba la impresión de que algo le faltaba,me regresé varias veces a revidar si no dejé una palabra tirada. Me gusta que usarás esta típica forma de la niña y el aniversario, me gustaría que intentaras jugar más con ello, exagerarla tal vez. Gracias

  7. Cumpleaños
    Hoy es mi cumpleaños, apago las velitas del pastel solamente con la señora Reyes, quien es mi nana, ya que siempre papá y mamá andan de viaje trabajando. No me quejo porque tengo todo lo que pido, pero me siento sola. Quisiera recibir un abrazo de mis papás por ser mi cumpleaños 13, leo sus felicitaciones en mi celular y de mis amigos en Facebook, mientras una lágrima recorre mi mejilla oigo que abren la puerta. Son mis papás, llegaron antes -¡Feliz cumpleaños Laura! Perdónanos, ya no te abandonaremos-dice papá mientras ambos me abrazan. -los perdono, los amo- respondo mientras siguen corriendo las lagrimas en mi rostro. De repente suena el teléfono de casa, la señora Reyes contesta.

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